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29 de septiembre de 2016

Vuelta al "cole" en el MUPEGA.





Desde niña me propuse que nunca dejaría de estudiar, de aprender, de recordar lo aprendido, de estar al día, en la medida de mi capacidad y posibilidades.

Por eso me matriculé en la Universidad Senior de A Coruña, y aunque ya terminé los cursos en 2015, continuo asistiendo a varios talleres y asignaturas sueltas, para no desconectar y a la vez seguir vinculada a ADAYEUS, la asociación de alumnos y ex-alumnos de la Universidad Senior, con la que tuve oportunidad de visitar el Museo Pedagógico de Galicia (MUPEGA), que aunque lleva ya algunos años inaugurado, en Santiago de Compostela, no había tenido oportunidad de conocer.

Visitar el MUPEGA ha sido para mí como "VOLVER AL COLE". Volver a recordar, retornar a la infancia, esa niñez que nunca se olvida y que cuando nos hacemos muy mayores nos gusta recordar como un oasis de felicidad, a pesar de las carencias materiales, pero en la que nunca faltó, al menos en mi caso, el  cariño y ternura de los padres.


La visita me hizo recordar mi foto del colegio, en el parvulario, cuando nos fotografiaban con el fondo de algún mapa. ¡Que seriecita estaba! Las hacia  un fotógrafo local que luego coloreaba, como novedad, y enmarcaba sobre un cartón, simulando una postal. Me produce ternura verme con una de las chaquetas que mi madre calcetaba con tanto cariño. ¡Como otras tantas madres de post guerra!  Cuando las chaquetas de color liso te quedaban pequeñas, las deshacían en madejas, lavaban y, una vez secas, ovillaban para volver a tejer, aumentando la talla con el añadido de listas con lana de otro color, generalmente blanca.  


Otra foto de recuerdo, en blanco y negro,  con mi querido hermano Andrés, entonces de cuatro años de edad, y yo de ocho. Ambos lucimos prendas de punto hechas por mi madre. Posamos ante un mapa de Europa, y en la mesa hay  una hucha de loza de las que se utilizaban en las recaudaciones para las Misiones y Santa Infancia. En el MUPEGA hay expuestas varias de estas huchas que representaban razas de los cinco continentes.




 Fotos expuestas en el MUPEGA


Me encantan ver niñas con trenzas. A mi hermana y a mi nos peinaban así.




De la visita en el MUPEGA me agradó como están estructuradas las salas, atendiendo tanto a la enseñanza general como a la especializada, siguiendo el diseño de las aulas, según las distintas épocas políticas, en las cuales la decoración con banderas, retratos de gobernantes y otros elementos religiosos y laicos se alternaban presidiendo los espacios de docencia.




Fue agradable recordar los pupitres, los globos terráqueos, los mapas de hule, en color, físicos y políticos, de España, Europa... en los que de alumnos íbamos señalando, con un puntero, los ríos, las cordilleras, las capitales... repitiendo una y otra vez hasta quedar todo grabado en la memoria como una cantinela. Los abecedarios, los esqueletos, las pesas y medidas...
























Recordar  los libros de texto, aquellas enciclopedias de grado elemental, medio y superior, que aprendíamos primero con la letra grande y luego también con la pequeña, los catecismos, los libros de urbanidad, los cuadernos de caligrafía, los tinteros, las plumillas, las cabás o maletines de cartón grueso o latón para transportar el material escolar, y, con mejor suerte, preciosas carteras de cuero al cumplir más años. Fue toda mi ilusión llegar a tener una cartera de cuero marrón con preciosas hebillas, un plumier de dos pisos y un afilalápices, de buen metal, guardado en una funda de piel, regalos de los Reyes a medida que las carestías derivadas  de la Guerra iban quedando atrás.

Me agradó  también ver expuestos  algunos objetos de juegos muy elementales que los niños usaban en los recreos: peonzas, matracas, aros, diábolos, castañuelas rústicas o castañetas, tirachinas...






Por cierto, no recuerdo a que se refería la siguiente foto, con ese objeto hecho de mimbre... ¿Alguien sabe como se llama y para que se usaba? Gracias.



Entre las muchas cosas que pueden verse en el MUPEGA son algunas de las calificaciones escolares de personajes famosos de Galicia o que estudiaron en ella, como Gonzalo Torrente Ballester y Pablo Ruiz Picasso, entre otros. 




















Salas interesantes las dedicadas a las escuelas existentes en núcleos de población gallega emigrante en ciudades de América, así como otras, ubicadas en aldeas y pueblos de Galicia, creadas con  donaciones de los "indianos", emigrantes que después de hacer fortuna en América, aportaban dinero para la construcción de escuelas en sus lugares de origen. Algo muy emotivo, a la vez triste, teniendo en cuenta que tuvieron que emigrar, pobres y analfabetos, en muchos casos,  pero con la generosidad suficiente para revertir parte de su esfuerzo y fortuna a favor de la tierra que los vio nacer. !"Chapeau"!

La visita al Museo Pedagógico de Galicia, muy recomendable por cierto, resultó una gozada, y no hemos podido resistir la tentación de hacernos alguna foto en él, sentadas en las aulas, pizarra en mano, leyendo en sus textos, o recordando geografía ante sus mapas... En definitiva, hemos hecho una  satisfactoria "vuelta al cole", llena de la nostalgia de un tiempo feliz: la infancia perdida pero siempre recordada.  





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11 de septiembre de 2016

Uvas con queso... ¿A qué saben?







"Uvas con queso
saben a beso",
dice el refrán,
aunque si digo verdad
los besos me gustan más. 
Pero... avanzada en edad,
y no teniendo galán,
me tengo que conformar
con uvas y queso,
porque besos no me dan.

                                                                          (Chela.11-9-16) 






Septiembre es  mes de uvas.

En mi memoria siempre las asocio con el queso. Cuando viví en Vitoria (1969-1973), en el mes de septiembre, solía frecuentar la piscina entre la jornada laboral de mañana y tarde, y llevaba para comer, uvas y queso.  Riquísimo queso de Idiazabal que compraba los jueves en el mercado que se celebraba entonces en la plaza del Ayuntamiento y en el que se vendían productos de huerta y otros totalmente artesanales, como quesos y embutidos.

Ahora el vicio de las uvas con queso lo tengo en algunas ocasiones, para cenar informalmente mientras veo la televisión. Y el queso de Idiazabal lo sustituyo aquí por el gallego de San Simón o el freso de "Tetilla" (los de la foto superior).


En mis excursiones domingueras por los pueblos gallegos, cuando me encuentro con alguna feria de productos artesanos y de huerta, suelo comprar algún queso freso, amén de hortalizas. Los de esta foto son de una feria celebrada en Guitiriz, aprovechando mi visita a su balneario.


Lo que echo de menos son las buenísimas uvas blancas de Moscatel, variedad de la denominada de Alejandría, grandes, hermosas y con sabor muy dulce. Venían 
con abundancia,  a Galicia,  procedentes de Málaga y de Alicante. Ahora casi no se ven en los supermercados y hay que buscarlas en alguna frutería de postín o productos selectos.



A falta de besos, ya sabéis, uvas con queso, pero mejor  recomiendo besaros, si podéis.


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