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12 de diciembre de 2010

CASTRO DE BAROÑA. (Galicia).


*Un lugar de gran interés y singular belleza





Los castros que ocuparon los primeros pobladores de Galicia, situados en lugares estratégicos, con móviles defensivos para la protección del grupo o comunidad, si ya de suyo tienen atractivo, como vestigio de la historia de nuestros antepasados, el Castro de Baroña, tiene el encanto añadido de haberse establecido en un enclave marítimo de especial belleza. El Castro fue descubierto en 1933. Está declarado Patrimonio Artístico Nacional.

Se sitúa sobre una pequeña península rocosa, apta para ser defendida de los invasores, pues la parte que da al mar la forman acantilados de más de 25 metros de altura. Hacia la parte del istmo arenoso que la une a tierra, tiene una doble muralla defensiva y un foso transversal. En el interior hay una serie de edificaciones, dispuestas en dos niveles. Hace años se habían hecho excavaciones y encontrado objetos de piedra, bronce, hierro, oro, cerámicas, depósitos de conchas marinas...

Por suerte, la naturaleza del entorno está in
tacta, o casi intacta. Ni una edificación en las proximidades del Castro, ni un chabolo, ni acceso para coches... Un paraíso de piedra, arena, vegetación de tipo dunar, y ¡mar!, rodean el Castro y ensanchan el horizonte. De un lado, el final de la ría de Muros, lleva a mar abierto, con el monte Louro al fondo de la orilla opuesta; del otro, la playa de Area Longa, donde en pleno mes de agosto (en ese mes hice las fotos) las personas que acuden a bañarse apenas llegan al medio centenar.


* Pero...


En la carretera, donde estacionamos el coche y se inicia la bajada hacia la playa, hay una tienda-bar, con lo imprescindible para reponerse. Luego viene un pinar en el que había un "camping" o acampada, no sé si libre o autorizada, aunque más bien parecía lo primero. Entre las tiendas, existían vestigios de haber ardido algunos pinos y matorrales, amén de chamuscarse parte de las piedras graníticas que salpican el monte. El camping no parecía disponer de medidas de seguridad ambiental ni algún tipo de servicios u organización. Esta forma de acampar puede resultar muy agradable para quien la practica pero conlleva muchos riesgos ambientales, además de para los usuarios.

Hacia tiempo que estaba obsesionada por conocer el Castro de Baroña y este hermoso lugar, todavía intacto y natural, antes de que lo deteriore el vandalismo o ignorancia, o que ciertas obras y planes, por otro lado necesarias para su conservación, restrinjan las visitas y accesos, o hagan visible el cemento., en el peor de los casos. Estos lugares están mejor controlados y con servicios de mantenimiento, etc., pero no cabe duda que poder verlos así, como hace cientos de años, sin nada añadido a su primitivismo natural, es un regalo para la vista y una ocasión de sentir emociones profundas con su contemplación.

Estos lugares deberíamos visitarlos como si se tratase de un templo, con máximo respeto, con veneración, con cuidado exquisito de no tocar ni llevarse ni una piedra, ni una planta, ni una hierba... ¡nada! Los castros, los dolmenes, los menhires, los cruceros, incluso los hórreos, tienen mucho de sagrado.












Playa de Arealonga




















No llegué a entrar en el Castro porque no disponiamos del tiempo suficiente, tan sólo de media hora, antes de llegar a la cita concertada con un restaurante en Muros, al otro lado de la ría. A mi ritmo, más bien lento, no pude hacer otra cosa que bajar el monte, llegar hasta la playa, cerca del Castro, hacer unas fotos panorámicas, y volver y subir, con prisa, la pedregosa cuesta del monte, con un calor de 33º, que en los últimos metros de ascenso creí que me iba a sentar mal. De haber llegado al alto del Castro, y visitar su recinto, hubiese podido hacer otras fotos, con perspectivas mucho más interesantes de la costa, y mejor evidencia de elementos tales como las edificaciones del poblado, murallas defensivas, foso, y otros pormenores del Castro. ¡Otra vez será!¡Eso espero!













Con el zoom, hice lo que pude. Mi amiga Mamén,ligera y ágil, llegó a la cima.











Llegué hasta aquí y tuve que regresar.






En esta parte del istmo de arena, que une la pequeña península del Castro, con el resto del terreno, se forman "coidos" o "cantis" que son esas piedras redondeadas, producto de la acción del mar y del viento sobre las rocas. Las olas y las mareas mueven las piedras y éstas, al rozar entre sí, pulen sus aristas y suavizan sus formas; en ocasiones, semejan esculturas de la naturaleza.

Me llamó la atención comprobar que la mano de los visitantes, con "vocación de escultores", se han dedicado últimamente (basta que empiece uno para que los demás le imiten) a mover las piedras y colocarlas a su antojo. Este es un vestigio humano contemporáneo, añadido a las primitivas construcciones. ¡Por favor, dejad todo como está y que obre solamente la naturaleza!


*El futuro del Castro de Baroña. Medidas urgentes.
Este post, que tenía pendiente publicar desde el pasado verano, resulta ahora oportuno porque estos días los medios de comunicación informan que, a iniciativa de la Dirección Xeral de Patrimonio, de la Xunta de Galicia, se ha llevado a cabo un levantamiento tipográfico para estudio y diagnóstico del actual estado de conservación del Castro y de su entorno, en el que ha trabajado el arqueólogo Tito Concheiro, persona muy entregada e interesada por el patrimonio gallego. Se han descubierto, al menos seis zonas en estado crítico, deterioradas por la acción humana (incluso se observó una especie de "rocódromo" improvisado), además de los daños y riesgos propios de la erosión natural producida por el mar y el viento.

La corporación municipal de Porto do Son (al que pertenece Baroña) ha dado luz verde a un plan especial para regular el uso del yacimiento -se prevé retomar la actividad arqueológica- , y el acceso de visitantes.

Me alegra la noticia de que la Administración se disponga a salvar este Patrimonio, tan singular y hermoso, antes de que vandalismo, la ignorancia y el descuido, alcancen un deterioro irreparable.

¡Y suerte que no existen edificaciones en el entorno!

Menos mal que aun quedan espacios naturales, tal como hace siglos los conocieron los primeros pobladores de Galicia, y castros como el de Baroña, vestigios de nuestra historia, que constituyen parte de nuestro patrimonio más querido.

* * *
Añado un enlace a la noticia que sobre el Castro publicó La Voz de Galicia, el pasado lunes.

http://www.lavozdegalicia.es/ocioycultura/2010/12/06/0003_8893537.htm


Vídeo.trayecto desde Porto do Son al Castro de Baroña y fotos del mismo, tomadas el día de la visita.




ENLACE a una maravillosa panorámica sobre el Castro de Baroña y su entorno.
¡Os gustará! Tenéis que deslizaros por el mapa que aparece en pantallas. Seguir la costa hasta la ría de Muros, y en Porto do Son pinchar el icono "mágico". Luego ampliar en la parte superior derecha con las flechas que aparecen y podréis ver en pantalla completa, desde el aire, el Castro y todo el paisaje natural que le rodea,sintiendo el ruido del mar. Es espectacular. Vais a agradecerlo.

http://www.galicia360.com/comarca-de-noia/castro-de-barona.html


Anexo: 21 de diciembre.2010. Noticia sobre el Plan especial para Baroña


http://www.lavozdegalicia.es/ocioycultura/2010/12/21/0003_8922912.htm
Anexo: 12 de febrero. 2011. Nuevas y tristes noticias aparecidas ayer en "La Voz de Galicia". El Plan especial no prospera. La Xunta no se toma el interés necesario.

http://www.lavozdegalicia.es/VentaPDF/pdfs/hemer/general/2011/201102/20110211/G11P38.pdf?fecha=2011/02/11
Más:

http://www.lavozdegalicia.es/ocioycultura/2011/02/12/0003_201102G12P41991.htm?utm_source=buscavoz&utm_medium=buscavoz

25 de mayo,2011. ¡¡Buenas noticias!!

http://www.lavozdegalicia.es/ocioycultura/2011/04/25/0003_201104G25P26995.htm

4 de diciembre de 2010

Peras al vino. Postre barato para tiempos de crisis





Peras al vino tinto. Super fáciles y ricas.





Las peras al vino es un postre que hago con frecuencia en el verano, ya que guardándolas en la nevera, pueden tomarse frías y resultan refrescantes . Constiuyen también una excelente merienda acompañadas con lonchas de queso fresco gallego.

Este verano pasado se las puse de postre a mi amiga Berta. Ella me dijo que en su casa era costumbre tomarlas el día de Navidad para contrarrestar el dulce de los turrones. Hoy, al recordar lo que me dijo, decidí incluirlas en el blog y recomendarlas para estas fechas por varias razones.

En diciembre hay muchos días festivos, con domingos por medio y a veces nos cansamos de los turrones, mazapanes, polvorones, pasteles de gloria... Por otra parte suele quedar vino en las botellas... Así que, es una buena oportunidad hacer este postre que también sirve como complemento de una cena ligera, calentando las peras en el microondas y tomándolas templadas.


Ingredientes: (todas mis recetas son "a ojo" y al dictado del paladar)

* De 6 a 8 peras (tipo "conferencia") de similar tamaño. *
* 2 cucharadas soperas, colmadas, de azúcar por cada pera(o algo más, según golosos y larpeiros).
* corteza de limón.
* 1 palo de canela.
* vino tinto y agua.


* La elección del número de peras está en función del tamaño del recipiente de cocción y del número de comensales.


Modo de hacerlo:

Pelar las peras.
Poner en una olla o recipiente hondo, (Lo ideal es que quepan todas sin amontonarse para que cuezan por igual). Añadir la corteza de limón, el palo de canela y el azúcar.

Cubrir con vino tinto (aproximadamente un par de centímetros o más, por encima de las peras), añadiendo más o menos cantidad de agua para completar el nivel. Cuando el vino parece un poco ácido, lo compenso echando un poco más de dos cucharadas de azúcar por pera. Casí siempre echo mitad vino mitad agua, pero tendiendo a más vino que agua. Depende también del cuerpo del vino y del gusto.

Cocer todo a fuego medio. Dar vuelta a las peras de vez en cuando con dos cucharas de palo para no dañarlas. La cocción suele llevar sobre tres cuartos de hora. Flotan en la medida que están cocidas, a la vez que van tomando un bonito color corinto. Yo las cuezo destapadas y a final las tapo y dejo reposar en la olla hasta perder el calor.


Para servir.

Podéis ponerlas en cuencos adornadas con un montoncito de nata y media nuez caramelizada. O ponerlas todas en un cuenco grande, como en la foto, y servir también queso aparte para el que quiera combinar ambas cosas.

Tendréis éxito seguro.